Ayer por la tarde me desplacé a Madrid para impartir una
conferencia a los amigos de la AAM. La charla ya estaba en agenda desde antes
del verano y tenía mucha ilusión por volver a reencontrarme con los amigos que tengo allí; número que va
en aumento, por cierto. Igual que en la ocasión anterior el aforo estuvo
completo, a pesar del aguacero que se presentó poco antes de la siete de la tarde
en la capital y las consiguientes complicaciones del tráfico rodado en estos
casos.
Me es grato indicar que esta exposición cuenta con el
auspicio de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA), siendo un acto “oficial” propio de mi vinculación a la Sección de Estrellas Dobles de esta entidad.
Junto a María Arraz, secretaria de la AAM y a Ángel Manuel López, coordinador de Grupo de
Estrellas Dobles (GED), que me recibieron a la llegada.
El tema que desarrollé fue eminentemente histórico: Catalogación de Estrellas Dobles Visuales.
Cómo, Cuándo y por qué. El anuncio
de la charla y el resumen que les envié fue proyectado en la pantalla mientras
iban llegando los oyentes, un detalle organizativo, éste, que me gustó.
Aquí os dejo el resumen y la portada de mi presentación:
La historia de la
astronomía de las estrellas dobles es una historia apasionante. A pesar de la
popularidad de esta especialidad astronómica durante todo el tiempo que
llevamos observándolas, –más de 200 años ya- los entresijos y las
peculiaridades de su historia han sido poco o nada difundidas, y eso que estos
aspectos son esenciales para hacerse una idea del titánico trabajo que varias
generaciones de astrónomos, más concretamente de doblistas, han desarrollado de
manera continuada a lo largo de los años. Si ahora disponemos de una moderna
base de datos global donde se almacenan las observaciones de todos los
observadores, tanto históricos como modernos, es porque alguien, una vez,
empezó el trabajo.
En la charla se hará
un repaso histórico para homenajear a los principales protagonistas de esta
aventura, afortunadamente inacabada, en la que muchos de nosotros aún estamos
embarcados; al mismo tiempo, se valorará el revolucionario futuro que esperamos
gracias a las grandes misiones espaciales astrométricas, tal es el caso de
Gaia.
Charlando con Enrique
Velarde, Vocal de actividades de la AAM, encargado de toda la gestión previa
para programar la conferencia. Él mismo
presentó mi intervención.
Ya metido a la faena en un instante de la charla.
Una diapositiva
curiosa mostrando la circense pose de un doblista a principios del siglo XX en
el Observatorio Astronómico de Brera, en Milán. La frase adyacente fue acuñada por uno de los primeros "valientes" divulgadores de la cienca astronómica al público de a pie: Flammarion.
La temática abordada en la sesión vino de maravilla para
hacer promoción del libro de mi amiga, la astrónoma Josefina Ling. Recordaréis
que hace poco di aquí la noticia de su publicación, siendo una traducción
espléndida de la obra original en francés de Paul Couteau.
Por cierto, comenté las tristes noticias de los recientes
fallecimientos de Couteau y de Jean Dommanget, grandes pérdidas para la
astronomía de las estrellas dobles. Sus aportaciones a nuestras queridas
estrellas dobles son de una importancia capital.
Como es habitual, el acto terminó con una breve ronda de
preguntas (acuciaba el tiempo para tomar el tren de regreso) y en mi balance de
la visita puedo decir que disfruté de nuevo de un rato muy entrañable, se me
brindó un trato inmejorable, la organización fue de sombrero y estuve arropado por
una mejor compañía.
Antes de salir puede saludar a Mar Jiménez y a Miguel Rodríguez,
antiguos compañeros de Syrma que hace tiempo viven y trabajan en Madrid.
Mi agradecimiento a Jaime Izquierdo por llevarnos en coche, a
mí y a mi mujer, hasta Chamartín. AD Astra. Edgarus
¡Qué buena pinta tiene esa charla! Una pena no haber podido asistir, tuvo que estar genial. Seguro que dejaste el pabellón de las dobles bien alto. Y ya veo que tu círculo de contactos astronómicos aumenta a buen ritmo. No me extraña conociendo tu valía. ¡Enhorabuena!
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