La semana pasada arrancamos en Syrma la "nueva
temporada" de nuestras queridas charlas de los viernes. Tuvimos la suerte
de contar con un conferenciante de excepción: José Guillermo Sánchez León,
quién vino a visitarnos desde Salamanca donde es profesor en la Universidad.
Físico, matemático, ingeniero... el currículum profesional de este hombre es
impresionante, y además, es un magnífico divulgador de la Ciencia y, cómo no,
astrónomo aficionado. Su talante es llano y sencillo y resulta tremendamente
fácil conectar con él. Tras mediar unas palabras, uno tiene la sensación de que
se le conoce de toda la vida. A partir de aquí la conversación fluye por sí
sola y sin esfuerzo: una delicia. Por cierto, hablando con él me enteré de su
interés hacia las estrellas dobles, e intuyo que nuestro contacto se alargará
en el tiempo.
La asistencia de público fue notable y Guillermo nos deleitó
con una charla magnífica titulada ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?. Durante una
hora (fugaz, gracias a su buen hacer y decir) hizo un repaso del conjunto de
hechos extraordinarios que han permitido el desarrollo de la vida inteligente
en nuestro planeta. Según rezaba una de sus diapositivas "La existencia de
vida inteligente, como la humana, requiere una concatenación de hechos
altamente improbables. En particular la existencia de un planeta excepcional:
la Tierra". Son muchos los factores que, coincidentemente, a lo largo de
miles de años han permitido que hayamos llegado hasta aquí. Si uno de esos factores,
tan solo uno, hubiera fallado, muy probablemente ninguno de nosotros existiría.
Veamos. La existencia de un sol de segunda generación dotado de un sistema planetario;
su posición privilegiada en una zona no demasiado turbulenta de la Galaxia;
que uno de esos planetas rocosos en órbita se sitúe a la distancia idónea de la
estrella (lo que hoy llamamos zona de habitabilidad) y donde la existencia del
agua líquida no sea un problema; que su estructura, tamaño y temperatura, en
combinación con una larga vida estable de su estrella madre, pueda permitir el
desarrollo de vida compleja durante mucho tiempo; que el núcleo del planeta no
sea un núcleo inerte y que propicie la existencia de un campo magnético capaz
de protegerlo de las agresiones electromagnéticas externas; la coexistencia del planeta con una luna
gigante en interacción gravitatoria; la existencia de planetas gigantes (Júpiter,
Saturno) en el mismo sistema planetario que, a modo de un sistema
"linfático", frenen y eventualmente absorban potenciales cuerpos en
trayectoria de colisión; que el número de extinciones masivas haya sido bajo y, en
cualquier caso, éstas hayan favorecido a algunas especies en relación a otras (la
extinción de los dinosaurios permitió el posterior desarrollo y la supremacía de
mamíferos más pequeños, entre ellos los primates, de quienes procedemos); finalmente, que la selección natural (adaptación)
más el azar (mutaciones) permitieran el éxito del homo sapiens.
Como vemos, no ha sido un camino fácil, y hay que hacer
notar que hemos tenido mucha suerte. La última diapositiva de la presentación Guillermo
hacía referencia a este hecho:
En nombre de Syrma y el GUA, nuestro agradecimiento por
visitarnos y hacernos pasar una muy entretenida y, sobre todo, reflexiva
jornada. Gracias Guillermo.
Foto de recuerdo: algunos de los socios de Syrma posando junto a Guillermos Sánchez León (en el centro de la imagen abajo).
Antes de finalizar, me gustaría dejaros un poema de mi admirado Alberto Cortez
que encontré, curiosamente, pocos días antes de la charla. Pienso que sería un buen
colofón para esta crónica y para el tema tratado. Se llama Soy un ser humano. Ad astra.
"Más allá de cualquier ideología...
más allá de lo sabio y lo profano,
soy parte del espacio, soy la vida
por el hecho de ser un ser humano.
Yo soy el constructor de mis virtudes
como lo soy, a la vez, de mis defectos;
torrente inagotable de inquietudes...
genial contradicción de Lo Perfecto.
Yo puse las espinas en la frente
los clavos en los pies y en ambas manos...
después rompí a llorar amargamente
la muerte irreparable de mi hermano.
Por mí se hace polémica la duda...
¿Quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿de dónde vengo?...
a través de los tiempos, tan aguda,
que con ella renazco y me sostengo.
Soy el que abrió la caja de Pandora
que guardaba los males del planeta.
No escapó la esperanza... ¡En buena hora!
por ella sobrevivo y soy poeta.
Yo soy quien ha creado las prisiones,
la lucha fratricida y la injusticia,
más también he inventado las canciones
y el encanto sutil de una caricia.
En nombre de mi dios, soy asesino,
embustero, fanático y tirano;
desafiando las leyes del destino
tengo sangre de siglos en las manos.
Más también en su nombre soy la rienda
que consigue domar a tanto potro...
Sería, sin un orden, la merienda
de comernos los unos a los otros.
Soy el poder, que condena los instintos
naturales del hombre, mi censura
reptando por oscuros laberintos
impone la moral de su estatura.
Yo soy un individuo entre la masa...
La coincidencia, es sólo un accidente...
Busco esposa, doy hijos, tengo casa,
soy la opción de un cerebro inteligente.
¿Qué vale más, inquietud de mi existencia,
cuando llegue el final y quede inerte?
¿El arte, por fijar mi trascendencia
o el eterno misterio de la muerte?.
Por todo, más allá de ideologías...
más allá de lo sabio y lo profano...
soy parte del espacio, soy la vida
por el hecho de ser un ser humano."
Siempre me pasa lo mismo. Leyendo tus excelentes crónicas de las actividades de Syrma me entran muchas ganas de haber podido asistir. Luego recuerdo la cantidad de km que nos separan. Una pena porque la conferencia ha tenido que ser realmente interesante.
ResponderEliminarGracias por contarlo y compartirlo.