Como ya viene siendo habitual en los últimos años, este
verano también he acometido en mi observatorio la correspondiente campaña de observación
de estrellas dobles del catálogo de Stein, las STI. Ya me van quedando poquitas
para completar la reobservación completa de este listado de dobles débiles. Cuando
pienso que comencé en 2007… ¡Hay que ver cómo pasa el tiempo!
El Observatorio Astronómico Camino de Palomares a pleno
rendimiento.
En la campaña de 2015 he capturado 222 dobles observando 28
noches. En concreto, se han visitado todos los pares de Draco (160), repartiéndose
el resto entre las constelaciones del Cisne y Perseo, más una pareja en Auriga
y otra en el Boyero que quedaban pendientes.
Como ya he comentado alguna vez, la observación en sí va
viento en popa, con más de 200 pares por año. El problema viene a la hora de reducir
todo ese volumen de datos. El retraso que llevo para medir y publicar esas
medidas va en aumento: aún tengo que reducir todas las dobles visitadas en las
tres últimas campañas. La razón no es otra que la falta de tiempo disponible
para reducir las observaciones, el cual se ve constantemente mermado por mi
dedicación a otras empresas astronómicas. Afortunadamente, las medidas de
estrellas dobles son datos “intemporales” (en realidad no hay nada que sea más
temporal y concreto) en el sentido de que siempre son válidos, aunque se
publiquen años después de la observación. En fin, tiempo al tiempo. En estas
cosas no ha de haber agobios. No tiene ningún sentido que los haya.
Como cada año es frecuente encontrar nuevos pares de movimiento
propio común no catalogados, algunos tan evidentes que parece mentira que nunca
antes hayan sido detectados. Mirad.
Este año las condiciones para la observación de las Perseidas
eran inmejorables y la noche del máximo estuvo despejada. Recordando viejos
tiempos, con tumbona, saco de dormir y mantas observé durante unas cuatro horas
contabilizando 66 meteoros. No realicé ningún informe, pues la idea era
simplemente disfrutar del espectáculo. Debo decir que una de mis pasiones ha
sido siempre la observación de meteoros y la realización de los partes pertinentes.
Durante los años 90 colaboré activamente con SOMYCE, enviando mis observaciones
reducidas a mi amigo Orlando Benítez Sánchez, principal responsable de esta
entidad y un experto en la observación visual de meteoros. Recuerdo que mi código de observador era MASED
y que observaba desde el mismo lugar donde ahora está construido el observatorio.
Disfruté en ese tiempo de experiencias increíbles. Después, poco a poco, las
dobles fueron ganado terreno y… Por eso con las Perseidas 2015 he disfrutado muchísimo;
ha sido una especie de reencuentro deseado y hasta ahora pospuesto por una u
otra razón.
Una autofoto para inmortalizar las Perseidas 2015.
En septiembre, como es lógico, no quise perderme el eclipse
total de superluna y observé todo el fenómeno al completo. Tanto, que me fui directamente
a trabajar, de “empalme”, como en los años mozos. Hacía años que no cometía
esta bendita locura. Y aguanté. Vaya si aguanté. Como un campeón. Y encima fardando de mi proeza y del magnífico
espectáculo que presencié. Puede que a veces peque de inmodesto, pero lo
justifico por el afán de inocular el veneno de la astronomía en los que me
rodean. Vamos, lo que viene a ser dar envidia para crear interés. Creo que en
este caso el fin justifica los medios.
La noche estuvo increíble y reavivé las sensaciones mágicas de
la observación visual pura y dura. No me resistí y realicé una buena secuencia
de imágenes con el teléfono, a pulso sobre el ocular de 20 mm, lo que se conoce
como método afocal. Las imágenes, que tienen solamente un valor testimonial
para dar cuenta del evento, me proporcionaron, sin embargo, un gran entretenimiento peleándome con la
dificultad del endiablado enfoque.
El Newton 150 dispuesto para la observación. Fuera del
observatorio, como hace años.
Eclipse total de Luna 28 de septiembre de 2015. OACP.
Hasta aquí esta pequeña crónica estival. El balance ha sido
inmejorable. Ahora esperan las gélidas y límpidas noches vallisoletanas y el increíble
cielo invernal. Ad Astra. Edgarus.
¡Excelente aporte Edgardo! ¡A ver si vemos tus medidas pronto!
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