La noche es la mitad de la vida, y la mitad mejor. Goethe



jueves, 28 de octubre de 2010

II CICLO DE CONFERENCIAS CARLOS SÁNCHEZ MAGRO

El martes por la tarde asistí a la inauguración del II Ciclo de Conferencias Carlos Sánchez Magro, que por segundo año consecutivo se celebra en memoria del eminente astrofísico vallisoletano y que está organizado por el Museo de la Ciencia de Valladolid, la Sociedad Astronómica Syrma y el Grupo Universitario de Astronomía. Las conferencias se imparten en el auditorio del Museo de la Ciencia y en esta edición consta de tres intervenciones muy interesantes que iré comentando por aquí a medida que se vayan celebrando. Por cierto, antes de continuar me gustaría comentar que si ya existe un telescopio profesional en el Observatorio del Teide y un asteroide que llevan el nombre de Carlos Sánchez, la ciudad de Valladolid, hace aproximadamente un año, quiso también hacer un reconocimiento a este ilustre astrofísico poniéndole su nombre a una de sus calles en un barrio de reciente creación. Y no solo eso, sino que las calles de esa urbanización llevan nombres astronómicos. Sin duda una agradable iniciativa. Aquí tenéis la prueba: hace unos meses salí de reportero pues la calle en cuestión queda cerca de mi casa.
La calle de Carlos Sánchez en Valladolid.

Un nuevo barrio muy astronómico cuya calle principal es la de Carlos Sánchez.
Cartel anunciador del Ciclo.
La primera conferencia corrió a cargo de Roi Alonso Sobrino, un joven astrofísico igualmente vallisoletano, cuya carrera profesional, plena de éxitos, es ya imparable. Ya comenté algo sobre Alonso por aquí hace unos meses. A día de hoy, sigue trabajando como investigador en la misión Corot. Con una ponencia titulada Los exoplanetas: crónica de un descubrimiento anunciado y de muchos inesperados, nos mostró todos los entresijos de su trabajo, consistente en la detección y caracterización de planetas extrasolares en estrellas de tipo solar utilizando el método de los tránsitos.
Portada de la presentación.
Podríamos decir que ésta es una de las disciplinas de moda en astrofísica. La búsqueda de planetas extrasolares de tipo terrestre localizados en la llamada zona de habitabilidad (la distancia planeta- estrella debe permitir la existencia de agua líquida) es uno de los objetivos más perseguidos hoy en día.

Un instante de la conferencia. Roi Alonso hablaba aquí de Otto Struve, un verdadero visionario que ya en 1954  vaticinó la existencia de planetas fuera del sistema solar y avanzó las posibles técnicas para su detección.

Parece lógico pensar que los planetas de tipo terrestre se hallen en órbita alrededor de estrellas enanas y relativamente frías (tal es el caso del Sol), e incluso en enanas de tipo K o M (estas últimas son las más abundantes en el censo galáctico), entre otras cosas porque los escombros tras la formación de la estrella madre serán relativamente poco cuantiosos y, por consiguiente, los presumibles discos protoplanetarios que se conformen darán lugar a planetas pequeños. Por otro lado, la masa de un planeta idóneo para la vida debería poseer una masa comprendida entre 1 y 10 veces la masa de la Tierra, ser capaz de albergar su propia atmósfera y no ser tan masivo como para contener demasiado hidrógeno. Lógicamente, todas estas premisas se basan en la búsqueda de la "vida" fuera del sistema solar basada en el carbono. En palabras de Roi Alonso "buscamos lo que conocemos".

El conferenciante comentó también que en el curso de las investigaciones aparecen otras líneas de estudio paralelas e inesperadas. Tal es el caso de poder sacar conclusiones acerca de las propias manchas "solares" de la estrella anfitriona, cuando un planeta pasa por delante de ellas durante su tránsito.

La conferencia fue amena y estuvo perfectamente expuesta. Finalizó, como de costumbre, con una rueda de preguntas formuladas por el nutrido público asistente. Por mi parte y dado mi interés en el tema, pregunté al conferenciante sobre la posibilidad de la existencia de planetas habitables en sistemas binarios. Todos tenemos en mente, gracias a las películas de ciencia ficción, bellos atardeceres con dos estrellas en el cielo. Me comentó que era un pregunta interesante y que efectivamente, dada su abundancia, son muchas las estrellas dobles que caen bajo los detectores. En sistemas binarios muy cerrados los hipotéticos planetas en órbita estarían sometidos a unas condiciones extremas con continuas avalanchas de radiación y viento estelar que alterarían sus atmósferas, a la vez que su dinámica sería muy inestable y se producirían frecuentes colisiones. Los planetas podrían ser expulsados hacia órbitas más externas donde quizá podrían alcanzar cierta estabilidad orbital pero fuera ya de la zona de habitabilidad. En sistemas binarios separados podrían orbitar planetas de manera independiente a cada una de las estrellas del par, mientras éstas hacen lo propio alrededores del centro de masas. Quizá este caso, de una manera muy general, pudiera ser el más favorable para albergar planetas habitables. Se han realizado simulaciones con modelos de las más variadas configuraciones, y el problema es altamente complejo, aunque pienso que la observación, tarde o temprano, dará soluciones al respecto. Solo es cuestión de tiempo. Nadie imaginaba antes de 1995 que, a día de hoy, habría censados casi 500 planetas en otras estrellas. Hasta aquí.

Posando con Roi Alonso.

2 comentarios:

  1. Ya me quedé con las ganas de oir la conferencia de Roi. Al fin le han puesto la calle a Carlos Sánchez, cómo me alegro.

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  2. De nuevo tengo mucha pena... mala suerte que Valladolid no pille más cerca de Badajoz... tenéis un Museo de la Ciencia de lujo, macho. Gracias por compartirlo. Es, un poquito, como haber estado allí, compañero.

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